Si pretendemos hacer un balance
de lo realizado, y buscamos definirlo en un par de palabras, habría que decir
que los resultados del taller son más que satisfactorios. Y para afirmarlo nos
basamos en dos hechos: lo que observamos directamente luego de cotejar un punto
de partida y un punto de llegada, y las confirmaciones que nos dan los
estudiantes de su propia boca al ser indagados al respecto.
Los criterios de que nos valemos
para atestiguar los objetivos logrados pasan por la evidencia al comparar los
ejercicios de diagnóstico frente a las producciones finales; y aunque no todo
puede considerarse dentro de la clasificación genérica de artículo, da gusto
saber que aspectos como el tono o el estilo de escritura de algunos autores
estudiados pasan a integrar la producción de los estudiantes, a modo de estímulo.
Además, parte de la dinámica de
trabajo buscó indagar las sensaciones de progreso de cada uno, si existían o si
no. Y en ese procedimiento, llegamos a la conclusión perentoria de que asomaron
asimilaciones de conocimiento y construcciones de sentido a lo largo de las cuatro
sesiones de trabajo.
Como matiz, habría que agregar
que, si bien el desarrollo del taller estuvo suficientemente ajustado a la
planeación, problemas por fuera de nuestro planteamiento se apreciaron a mitad
del camino. Fundamentalmente las dificultades de lectura, con las que no
contamos al inicio, expusieron la necesidad de acompañar esas falencias con
ligeros refuerzos que se compusieron sobre la marcha.
Por otra parte, la variedad de los
temas y problemas planteados en los escritos finales manifiestan, a nuestro
parecer, al menos dos circunstancias: un ligero desinterés del género tratado,
el artículo de opinión, y a la vez un ímpetu hacia otras formas de escritura, en
ocasiones más técnica y en otras más lírica. No obstante, hay que advertir que
la pretensión de este ejercicio no podría ambicionar nunca más allá de lo que
en las cuatro sesiones consabidas se podía desarrollar. Y que, a fin de cuentas,
se obtuvo una exploración vinculante al desarrollo del archigénero ensayístico,
que bien sabemos puede incorporar con mayor comodidad otras voces más amplias
de estilo.
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